Atención Plena al Cuerpo
Atención plena al cuerpo: cuando dejar de luchar ya es un cambio
Muchas personas llegan a MioReset® con una sensación parecida:
“El cuerpo va por un lado, la cabeza por otro… y yo en medio, tirando como puedo”.
Hay tensión, hay cansancio, hay dolor… pero, además, hay algo más sutil: la costumbre de ignorar el cuerpo hasta que grita, y luego enfadarse con él por quejarse.
La atención plena al cuerpo —lo que llamamos mindfulness somático— no es una moda ni una pose zen: es una manera muy concreta de empezar a cuidar del estrés y la tensión desde dentro.
Qué entendemos por atención plena al cuerpo
Cuando hablamos de atención plena en MioReset®, no hablamos de dejar la mente en blanco, ni de forzarse a estar “relajado”. Hablamos de tres cosas muy simples:
- darse cuenta de lo que está pasando ahora en el cuerpo,
- reconocerlo sin pelearse (ni huir ni dramatizar),
- sostener esa experiencia unos instantes con la ayuda de la respiración.
Eso puede ser:
- notar que los hombros están a la altura de las orejas,
- sentir un nudo en el estómago antes de una reunión,
- darse cuenta de que no has respirado profundo en toda la mañana.
La atención plena convierte estas señales en información útil, no en enemigos a batir.
Propiocepción, interocepción y estrés
Dos palabras importantes aquí:
- Propiocepción: cómo siento la postura y el movimiento de mi cuerpo.
- Interocepción: cómo siento lo que pasa “por dentro” (latidos, respiración, tripa, calor, nudo, vacío…).
Cuando vamos muy acelerados, la propiocepción se vuelve tosca (“voy tenso, punto”) y la interocepción se apaga (“no sé qué siento, solo sé que voy pasado”).
La atención plena al cuerpo:
- afina ambas capacidades,
- ayuda a detectar antes la sobrecarga,
- y permite ajustar antes de que el cuerpo tenga que levantar la mano con dolor fuerte, bloqueo o agotamiento.
Por eso, en MioReset® no trabajamos solo con estiramientos o respiración: entrenamos la manera de estar presente mientras el cuerpo se mueve y respira.
Qué aporta la atención plena a una sesión MioReset®
Cuando se entrena de forma continuada, la atención plena aplicada al cuerpo:
- hace que los estiramientos globales sean más precisos y seguros,
- ayuda a no empujar por encima del límite (y a distinguir intensidad de agresión),
- permite notar cuándo la respiración acompaña el movimiento y cuándo va en contra,
- facilita que el sistema nervioso pase de la reacción automática al ajuste consciente.
Es decir: la misma técnica corporal, con o sin atención, no tiene el mismo efecto.
La presencia cambia la calidad del trabajo y también la huella que deja.
Pequeña práctica MioReset® de atención plena al cuerpo
Te propongo una práctica sencilla de 5 minutos que no requiere esterilla ni ropa especial.
1-Parar el piloto automático
- Si puedes, siéntate un momento con los pies en el suelo y la espalda relativamente apoyada.
- Deja el móvil boca abajo.
- Haz una respiración algo más lenta y profunda de lo habitual.
2-Escanear sin corregir
- Lleva la atención a los pies, piernas, pelvis, abdomen, pecho, hombros, cuello, cara.
- En cada zona, pregúntate: “¿Qué noto aquí ahora mismo?”.
- No se trata de que te guste o no, solo de ponerle nombre: tirante, caliente, vacío, apretado, dormido, “normal”…
3-Elegir una zona
- Elige una zona que destaque (no hace falta que sea la peor).
- Lleva allí tu respiración durante 5 ciclos:
- al inspirar, dale espacio,
- al espirar, dale permiso para aflojar un milímetro.
4-Observar la mente mientras tanto
- Fíjate en qué hace tu cabeza:
- juzga (“qué mal estoy”, “esto no sirve”),
- se va a la lista de tareas,
- quiere hacerlo “perfecto”.
- Cada vez que te des cuenta, vuelve a la sensación del cuerpo y a la respiración, sin bronca.
5-Cerrar con una frase sencilla
- Al acabar, toma una respiración más profunda.
- Piensa o di en silencio: “Ahora mismo estoy aquí, con este cuerpo, tal como está”.
- No es resignación: es el punto de partida para cualquier cambio real.
Si haces esto 1–2 veces al día, aunque sea de forma breve, no es solo que “te relajes”: es que empiezas a actualizar el mapa interno de tu cuerpo y a tratarlo con menos prisa y más respeto.
Lo que dice la ciencia
- Los programas de mindfulness y atención plena han mostrado mejoras significativas en estrés percibido, ansiedad, depresión leve y calidad de vida, especialmente cuando se combinan con trabajo corporal suave o yoga.
- Estudios sobre interocepción (la capacidad de sentir el interior del cuerpo) indican que una mejor sensibilidad interoceptiva se asocia con una mayor regulación emocional y menor reactividad al estrés. La práctica regular de conciencia corporal parece mejorar esta sensibilidad en algunas personas.
- El entrenamiento en mindfulness se ha relacionado con cambios funcionales y estructurales en áreas cerebrales implicadas en la atención, la percepción corporal y la regulación emocional, lo que respalda la idea de que no solo “relaja”, sino que favorece procesos de neuroplasticidad.
- (En tu dossier científico podemos bajar esto a artículos concretos y referencias formales).
Frase integradora
Cuando dejamos de pelear con el cuerpo y empezamos a escuchar lo que cuenta, el estrés y la tensión no desaparecen mágicamente, pero dejan de ser algo que nos arrastra y se convierten en algo que podemos acompañar.
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